Historia de Nápoles
Antigua colonia griega, Nápoles es una ciudad única con una gran riqueza gracias a la excelente mezcla histórica creada por la influencia de diferentes culturas.
La historia de Nápoles comienza a principios del siglo VIII a.C. con la fundación de la isla de Ischia por parte de los griegos. Por causas geológicas se verían obligados a abandonarla, por lo que se trasladaron al continente para crear la ciudad de Cumas.
A medida que crecía, Cumas pasaría a convertirse en Neápolis (ciudad nueva). A partir del año 328 la ciudad comenzaría a convertirse en un asentamiento de gran importancia y numerosos personajes famosos se establecieron allí, aumentando notablemente su reputación.
Nápoles consiguió mantenerse al margen de las invasiones germánicas hasta principios del siglo V, momento en el que no pudo aguantar más. En el año 476 Rómulo Augústulo fue derrocado pasando a convertirse en el último emperador.
Nápoles medieval
Tras pasar por manos del emperador Justiniano, la región de Campania se vio inmersa en la lucha entre bizantinos y lombardos, hecho que provocaría su división.
Con el importante apoyo obtenido al “comprar” a la Iglesia, los normandos comenzaron su periodo de dominación y conquistaron el sur de Italia, estableciendo su capital en Palermo. Tras la muerte del último rey normando sin dejar herederos, el Sacro Imperio Romano Germánico se instauró en el trono para mejorar la economía y administración del reino, además de mejorar su vida cultural.
En 1263 el sur de Italia pasó a manos del imperio angevino, convirtiéndose en un reino independiente con Nápoles como capital. Este dominio se vería finalizado en 1442, tras varias revueltas que llevaron al poder a Alfonso V de Aragón.
Monarquía Hispánica
Durante el siglo XVI Nápoles vivió un periodo próspero en el que se construyó la universidad junto con otros importantes edificios. La población aumentó prácticamente al doble, surgieron nuevos barrios y las murallas fueron alejadas para dejar crecer a la ciudad.
En este momento surgen palacetes y lujosas residencias que se instalaron en las inmediaciones del Monte Vesubio.
Nápoles se convirtió en una de las bases de la ruta de Flandes, algo que le aportaría aún mayor riqueza y prosperidad.
En 1622 Génova cayó en la bancarrota y arrastró a Nápoles a uno de sus peores periodos. Después de esto, en 1656 una gran epidemia de peste acabaría con tres cuartas partes de los habitantes de Nápoles, que sin darse cuenta se vería afectada por los efectos de la guerra de Sucesión española.
Nápoles y los Borbones
Tras la firma del Tratado de Utrecht, Nápoles pasaría a manos austriacas, pero poco después Carlos de Borbón aprovechó la Guerra de Sucesión Polaca para recuperar los reinos y hacerlos pasar a manos españolas.
Llegada de Napoleón
En 1796 Napoleón comenzó la invasión de Italia y dos años después llegaría hasta Nápoles, haciendo que el rey abandonara la ciudad. Poco después se crearía el Ejército Católico Real, pieza clave que ayudaría a Fernando IV a reconquistar el reino y restaurar la monarquía borbónica.
En 1805 Napoleón volvió a irrumpir en Italia volviendo a dominar Nápoles, por lo que Fernando IV se vio obligado a abandonar la ciudad y se instaló en Sicilia.
El Reino de las Dos Sicilias
En 1815 el Congreso de Viena estableció el conocido como “principio de legitimidad” según el cual se devolverían las tierras a los antiguos monarcas. En este momento Fernando IV unificó Sicilia con Nápoles estableciendo el Reino de las Dos Sicilias.
Fueron buenos momentos para el reino, que se vería sumergido en tiempos de gran prosperidad económica llegando a acumular dos tercios del oro total de la península italiana.
Fin del reino y unificación de Italia
La invasión de Garibaldi llevaría al rey Francisco II a la pérdida de la corona, tras lo cual la península se vería dividida en siete estados. En este momento comenzó un fuerte periodo de ocupación para lograr la unificación italiana.
Utilizando formas poco ortodoxas en las que se compraban votos o se obligaba a los ciudadanos de forma masiva a aceptar sus normas del juego, Garibaldi comenzó a hacerse con los territorios que se encontraba a su paso. Finalmente, en 1861 fue proclamado el Reino de Italia.
Historia reciente
Tras la unificación Nápoles se vio inmersa en un periodo de decadencia, por lo que el rey Víctor Manuel III comenzó una campaña para mejorar la imagen turística de la ciudad, haciéndola crecer tanto artísticamente como en el sentido industrial.
Tras sufrir los efectos de la II Guerra Mundial Nápoles comenzó un proceso de mejora y expansión que se vería frenado por un fuerte terremoto. Una vez repuesta, la ciudad comenzó a extender sus límites.
A partir de 1994 la ciudad comenzó un periodo de reestructuración para alcanzar profundas mejoras, proceso hasta hoy sigue en continuo movimiento.